domingo, febrero 10, 2008

Aventuras de un padre inexperto

Después del nacimiento de Annita, volvimos a casa y yo tuve que llevar el auto al mecánico. Tenía que esperar un par de horas mientras lo reparaban, así que me puse a pensar cómo podía emplear mi tiempo. Cerca había un centro de ventas con muchas tiendas. Pero, como la mayoría de los hombres, ir de compras no estaba en mi lista de prioridades. Sin embargo, Annita era muy pequeñita, y aunque tenía muchas prendas de vestir, todas le quedaban grandes. Así que era mi oportunidad de comprarle ropa. Una vez en el centro no sabía dónde ir, y cuando finalmente encontré la tienda adecuada, no tenía ni idea dónde empezar ni cómo determinar su talla. Era el único hombre en la sección de bebés esperando que toda mi educación académica valiera de algo en este crítico momento. Después de un par de horas, volví orgulloso a casa con varias bolsas llenas de ropa, pero cuando intentamos vestir a la chiquitita me di cuenta que mis elecciones no habían sido tan acertadas como yo jactanciosamente suponía. Por ejemplo, afligido descubrí el gran desafío que significaba ponerle una linda camiseta rosada con cuello de tortuga mientras ella chillaba temblando y retorciéndose de frío, a la vez que su desalmado padre la torturaba despiadadamente... Claro, yo había imaginado a mi niña vistiendo su camiseta, con su cuellito bien abrigado, y agradeciéndome con una amplia sonrisa por protegerle del cruel frío invernal. Sin embargo, no había considerado el penoso proceso que tal fin implicaba.

Así es como inicié mi nueva aventura como aprendiz de padre. Y esta primera anécdota reveló cuán preparado estaba para asumir mi nuevo rol. Una avalancha de nuevas experiencias se precipitó sobre mi existencia. Ninguna descripción escrita reflejaría adecuadamente mis vivencias como nuevo papá al cambiar por primera vez el pañal de mi hijita, al cubrir su diminuto cuerpito con ropas de muñeca, al tratar de sosegarle mientras llora desconsoladamente y yo me encuentro desconcertado, incapaz de descifrar la fuente de su dolor, a la vez que con considerable impotencia intento animar a mi esposa que solloza sin razón aparente mientras se recupera del extenuante parto….

¿Cómo puede uno estar preparado para ser papá? Todo el proceso esta hábilmente diseñado por el Creador para morir en el intento o rendirme en humildad delante de Él, clamando por gracia cuando la debilidad hace presa de mi humanidad. Es en estos momentos que la inagotable gracia divina que proviene de la fuente de agua viva fluye con poder para saciar al sediento y dar fuerzas al cansado. Bajo estas circunstancias el poder de Dios se perfecciona en la debilidad del hombre y le permite alzar vuelo como con alas de águila.

Es esa gracia que me permite contemplar maravillado a mi bebé cuando finalmente cae rendida de cansancio y duerme apaciblemente en mis brazos; gracia que me abre los ojos para admirar cuán privilegiado y bendecido soy de tener dos princesitas en mi propia casa, las cuales me han sido otorgadas inmerecidamente; gracia que me dio el honor de ser padre para comprender mejor el amor de Dios mi Padre. ¡Mi corazón reboza de gratitud a mi Señor por aún otro regalo más de su misericordia incomprensible!

sábado, febrero 09, 2008

¡Annita ya tiene un mes!

Annita cumplió su primer mes el 31 de Enero. Compartimos con ustedes estas fotos de sus primeras semanas.