Este es un resumen de las cosas que me fueron útiles al preparar mi primer mensaje (sobre Romanos 3:20-28) para el Laboratorio de Predicación de mi iglesia (Gracia Soberana de Gaithersburg). Pueden escuchar el mensaje de 15 minutos aquí y leer el manuscrito aquí.
- Empezar el proceso con suficiente anticipación.
- Luchar constantemente contra el deseo de impresionar o producir la prédica perfecta. Sólo Dios es perfecto y sólo Él merece ser exaltado.
- Humillarse delante de Dios, regularmente confesando pecados como autosuficiencia, ambición personal y temor a los hombres.
- Leer y leer y leer el texto bíblico múltiples veces, buscando entender lo que Dios deseaba comunicar a la audiencia original específicamente con este pasaje. La aplicación práctica del pasaje para nosotros hoy en día fluye directamente de su intención original. Dios nos habla HOY a través de su Palabra.
- Pedir constantemente iluminación del Espíritu para comprender el mensaje de Dios.
- Memorizar el pasaje.
- Analizar las frases y palabras del texto, buscando interdependencias y jerarquías. Colorear las palabras clave para visualizar patrones y el flujo lógico de las ideas en el pasaje. (Ejemplo del pasaje coloreado y una tabla de comparación de conceptos opuestos)
- Una vez que se tiene un entendimiento aceptable del texto, invertir una buena porción de tiempo para resumir en una frase el propósito central del pasaje. Esta frase debe consistir de un llamado a responder para el cristiano, basado en una verdad bíblica. Tanto el llamado como la verdad surgen directamente del texto. En mi caso, la frase que compuse fue: “Porque Dios nos declara inocentes, exclusivamente por medio de la fe en Jesús, debemos desechar toda nuestra arrogancia”. Esta frase puede refinarse y modificarse más tarde.
- Proponer 2, 3 o 4 puntos principales que desarrollan la idea central. Estos también provienen del texto.
- Escribir el cuerpo del sermón.
- Considerar el tamaño del manuscrito. Una página con márgenes de 1 pulgada arriba y abajo, 1.25 pulgadas a los lados, letra “Times New Roman”, tamaño: 12 Pt., con espacio simple es más o menos equivalente a un poco menos de 5 minutos de predicación oral.
- Componer cuidadosamente la introducción y la conclusión. La introducción debe convencer al oyente que el mensaje del pasaje es relevante a su vida. La conclusión, además de resumir lo expuesto, señala cómo los oyentes deben responder aplicando la(s) verdad(es) aprendidas.
- Imprimir el sermón con letra grande y doble espacio. Leerlo en voz alta un par de veces. Hacer correcciones si es necesario.
- Incluir marcadores que indican distintos énfasis en la voz, para transiciones o puntos clave en el sermón.
- Ensayar la predicación, si es posible delante de otra persona.
- Tener suficiente tiempo antes de la prédica, para tener un tiempo a solas con el Señor, abandonándonos a su gracia y misericordia. Al final, sólo su Espíritu puede transformar corazones a través de su Palabra.
- Orar pidiendo estar más concentrado en honrar a Dios y servir a mis hermanos que recibir su aprobación y alabanza.
- Si es posible cantar una alabanza a Dios.
- No intentar defenderse sobre las observaciones que los demás hacen, aún si no estoy de acuerdo.
- Más bien tener la disposición de escucharles y hacer preguntas si no está claro lo que quieren decir.
- Este no es el mejor momento para evaluar sus observaciones. Ya que luego de la predicación uno queda física, intelectual y emocionalmente exhausto y no tiene la capacidad de hacerlo objetivamente. Unas veces se podrían rechazar buenas observaciones muy prematuramente, y otras veces, tomar muy seriamente observaciones que realmente no tienen peso. Por eso es mejor revisar las observaciones un par de días más tarde y luego priorizarlas para incorporar los cambios necesarios en la siguiente prédica.
- Hay que tratar la crítica como se trata la profecía según 1 Ts. 5:20-21. No menospreciéis las CRITICAS. Antes bien, examinadlo todo cuidadosamente, retened lo bueno ;)
- Las críticas y observaciones de mis amigos han sido invaluables y me han ayudado a crecer continuamente en la predicación.
