domingo, septiembre 14, 2008

Trabajando y viviendo para la gloria de Dios

Lo que realmente importa en la vida

Hoy estaba conversando con Dios mientras caminaba por una senda rodeada de lindos árboles verdes. Fue un tiempo que me ayudó ha poner las cosas en perspectiva nuevamente.

Había estado pensando en cómo podría tener más libertad económica para servir al Señor a tiempo completo si es que se presentara la oportunidad.

El Señor me dijo: “¿Para qué quieres tener libertad económica?”

-          “Para tener más tiempo”

-          “¿Para qué más tiempo?”

-          “Para poder servirte. Para poder cuidar de tu gente, y leer sobre tu palabra. Para preparar mensajes y predicar acerca de tu evangelio”

-          “¿Y qué estas haciendo ahora?”

Estaba ciego ante lo que parece obvio. Ya estoy sirviendo de esa manera a Dios. Me ha dado un trabajo que puede pagar lo que mi familia y yo necesitamos, y al mismo tiempo me permite servir en la iglesia junto con mi esposa e hijita.

Muy fácilmente dejo de ser agradecido por lo que tengo y me empiezo a preocupar de lo que no tengo, cuando HOY el Señor me ha provisto de lo necesario y aún más, mucho más.

Es cuando empiezo a alejar mi mirada lejos de Dios, cuando me distraigo y pierdo dirección, pensando que puedo hallar la felicidad en otras cosas, aún cuando éstas tengan una apariencia piadosa. No es mi actividad (como informático o como pastor) que trae gozo y felicidad a mi vida, sino la magnífica realidad de haber nacido de una semilla incorruptible y haber sido encontrado por Dios, aún cuando mi inclinación natural era ser su enemigo. Él me dio vida y la potestad de ser llamado hijo de Dios para siempre.

Cuando reconozco mi completo inmerecimiento de su amor y su misericordia, es cuando una vez más vuelvo a comprender que mi vida no depende de lo que hago o en qué trabajo. Toda mi vida le pertenece a Él. Si trabajo construyendo programas computacionales o administrando la iglesia, mi gozo siempre será hallado en la Cruz donde el Príncipe de Gloria se humilló dando su vida por un insignificante rebelde…

Empecé mi caminata con un rostro pensativo y taciturno y volví cantando alabanzas de gratitud por su amor inescrutable.

No hay comentarios.: